Para Aramayo, «conjugan varias cosas porque, además de la condena ejemplar, hemos tenido la concurrencia de participación por parte del Estado provincial de Córdoba, a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos; el fiscal instructor que fue el pionero en decir que esto tenía que ser un femicidio y a partir de allí la construcción de toda una investigación que termina y concluye, en el día de ayer, con esta condena histórica».
También remarcó que, en este caso particular, «estábamos discutiendo, nada más y nada menos, que la imputabilidad de Casiva, es decir, la capacidad que él tenía para comprender lo que hizo».
«En anteriores hechos, él fue declarado dos veces inimputable partiendo de un diagnóstico errado que era la esquizofrenia y que ahora queda claro que los anteriores partieron de una premisa falsa. Al lograr determinar que esta persona comprendió lo que hizo se logró avanzar en el juicio y llegar a la conclusión de lo que fue esta sentencia», declaró.
Con respecto al crimen de Casiva sobre Azul, una trabajadora sexual trans que asesinó en octubre de 2017, «se muestra particularmente la saña, sobre todo por la violencia machista ejercida, porque Casiva la redujo a Azul a una condición de objeto, porque hasta incluso con ver la ubicación en cómo apareció el cadáver y ver la posición en la que se encontraba, como una especie de queriendo huir, porque la cabeza orientaba hacia la salida, muestra toda la situación en concreto de una persona violenta», añadió el abogado.
Fuente: Salvemos Kamchatka – FM La Patriada.