«En este libro me expongo mucho, digo cosas personales, pero sabía que alguien debía hacerlo, dejo las tripas a la vista del lector», aseguró Carolina Unrein.
Y subrayó: «Cuando escribía el libro me seguía doliendo lo que me decían mis maestras y compañeros, me hacía llorar. El arte fue como una sanación».
Fuente: Los Únicos Privilegiados – FM La Patriada.